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Eugenia Alvarez

Soy venezolana y nací el 16 de agosto de 1980. Soy la pequeña de seis hermanos. Me consagré el 21 de agosto de 1999 y actualmente formo parte de la comunidad de París. Somos ocho consagradas de seis nacionalidades diferentes, entre los 26 y 78 años de edad. Una comunidad en la que se busca a Dios desde nuestra diversidad.

Fui asistente en el centro estudiantil de México y después trabajé muchos años en el ECYD de México Poniente y de Chile. El último año en Chile fui también directora de sección de jóvenes. Los últimos cinco años he estado en Paris como directora de la comunidad y estudiando teología espiritual en la facultad de los jesuitas de Paris. Actualmente, además de la comunidad, estoy en el consejo territorial, coordino la catequesis en nuestra Parroquia, apoyo en las actividades de adolescentes y jóvenes y he empezado a acompañar personalmente en retiros ignacianos.

Cuando estuve en Chile viví una experiencia muy fuerte de comunión entre todas las ramas del Movimiento. En el 2008 un grupo de alumnas del Cumbres tuvo un accidente en el que murieron nueve de ellas. Tenían entre 15 y 16 años. Muchas de ellas habían estado en NET y en el ECYD. Varias de sus mamás eran un gran apoyo en el ECYD y en el colegio. Después del accidente se creó una comunidad muy bonita entre las consagradas, los capellanes del colegio y las familias que hizo que el camino se hiciera vivible desde la fe y en familia.

Para estas asambleas, quisiera que pudiéramos vivirlas en un clima de profundo discernimiento y escucha al Espíritu Santo que se manifiesta donde quiere y cómo quiere. Que sea Él quien nos marque los pasos a dar. Pediría que nos abramos a la acción del Espíritu. Que podamos vivir a la escucha de Dios en el interior y en nuestras hermanas para buscar juntas lo que Dios quiere de nosotras en este momento histórico.


I am Venezuelan, and I was born on August 16, 1980.  I am the youngest of six children.  I was consecrated on August 21, 1999, and currently I am in the community in Paris.  We are eight consecrated women of six different nationalities, between the ages of 26 and 78 years old.  It is a community in which God is sought from our diversity.

I was an assistant in the pre-candidacy in Mexico, and afterwards I worked for many years in ECYD in western Mexico City and Chile.  My last year in Chile, I was also the director of the youth section.  For the last five years I have been in Paris as the director of the community and studying spiritual theology at a Jesuit college.  Besides being the director of the community, I am also a territorial councilor.  I coordinate the catechesis in our parish, and I support the activities for adolescents and youth and have begun to accompany those who participate in retreats according to the methodology of St. Ignatius.

When I was in Chile, I had a very strong experience of communion among all the branches of the Movement. In 2008, a group of students from the Cumbres School were involved in a bus accident in which nine of them died.  They were between 15 and 16 years old.  Many of the girls had been in NET and in ECYD.  Several of their moms were very supportive of ECYD and active in the school.  After the accident, a very beautiful community was created among the consecrated women, the chaplains of the school and the families.  This made it possible to live the situation as a family and from a perspective of faith.

I would like us to live these assemblies in a climate of profound discernment and with an attitude of listening to the Holy Spirit who manifests Himself where he wants and how He wants.  We need to let him be the one who shows us the steps to be taken.  I would ask that we open ourselves to the action of the Spirit.  May we live listening to God interiorly and in our sisters, in order to seek together what God wants from us in this historical moment.


Para completar el proceso de adopción espiritual de este delegado sigue las siguientes instrucciones
  1. Ingresa tu nombre y correo electrónico
  2. Haz Clic en el botón “Adopta un delegado”
  3. Una vez que tengas asignado un delegado puedes tenerlo presente en tus oraciones diarias, ofrecer una decena del Rosario por él o ella, rezar la oración por los frutos del proceso de renovación pidiendo al Espíritu Santo que le ilumine, hacer sacrificios y obras de misericordia en su nombre.